Capitulo 1. Los susurros

"Mama, ¿Por qué el vecino ha saltado por la ventana?"

Todo empezó una fría mañana de Diciembre. Apague el despertador y me levante de un salto, primer error del día. Una escalofrió se apodero de todas y cada una de mis extremidades, corrí a vestirme y a encender la calefacción. Cuando me dirigía a la cocina para prepárame mi desatasca-cabezas matutino, una bola peluda me corto el paso. -¡Buenos días Keiko!- le dije mientras hacia el intento de acariciarla. La gata me esquivo con una jugada ensayada y se dirigió al bol de la comida al tiempo que maullaba. -Por interés te quiere Andrés...

Después de echarle comida al gato me serví un café mientras veía las noticias. No había nada fuera de lo normal; accidentes, asesinatos, robos... Lo único que llamo mi atención fue una extraña noticia sobre un ataque de esquizofrenia en el que un hombre había gritado algo así como "Están en mi cabeza y me han dicho que el fin se acerca" Al acabar de decir estas palabras sonrió y salto al vació a través de la ventana de su casa , al mas puro estilo puenting. Apague la tele y me dirigí al sótano a hacer mis ejercicios matutinos.

El sótano de mi casa era algo así como un loft gigante, tenia ventanales con verjas de acero, una mini-cocina, cuarto de baño y una salida al huerto. Era como mi casa dentro de mi casa. Encendí el equipo de música, puse megadeth y durante un rato aporree sin perdón el saco de boxeo. Cuando pare y me disponía a hacer pesas, escuche un grito. Apague la música y agudice el oído, me parecía oír una especia de llanto o lamentación... No lograba diferenciarlo, pero había algo en ese ruido que me encogía el alma. -¡DING DONG!- trono el timbre de repente.

Tardé mas de 10 segundos en recuperame del susto del timbre. Mientras corría escaleras arriba para abrir la puerta principal jure bajarle el volumen.-Cualquier día me muero de un susto de estos...- refunfuñe mientras corría el cerrojo de la puerta.

-Buenos días, ¿el señor David Delgado?- pregunto un hombre vestido de mono y con un gran paquete que a duras penas podía sujetar. Era el repartidor de UPS, lo extraño es que yo no he pedido ningún paquete ni esperaba recibir ninguno.  -¿Quien lo envía?-pregunto.  El hombre ya al límite decide soltarlo y responde  - Maria Luisa, desde Ceuta-.

Firmo el recibo sin hacer mas preguntas y me despido del repartidor. No sin una leve sorpresa contemplo que el paquete pesa más de lo que aparenta al  llevarlo y ponerlo en una esquina en el salón. Ni el mismísimo tío del mentalista seria capaz de tener una leve idea de lo que mi madre ha podido meter en el paquete; desde ollas, cuchillos, perfumes, ropa, piedras... hasta cosas "bonitas".

Decidí dejarlo para mas tarde, pues lo principal era hacer una lista con toda la compra de este mes y parte del otro, con la variante de que vendrían mis padres, mis tíos, abuelos... Hacer en enero las compras puede ser un suicidio , así que por experiencia estas cosas convienen hacerlas temprano.

Después de pasar toda la tarde comprando y organizando la alacena y cos congeladores me siento como un niño cansado; necesito comer, ducharme y dormir.
 

Preparo una pizza y me tumbo con Keiko en el sofá a echar el ratillo viendo las noticias. No varían mucho a las de esta mañana, pero se han disparado los casos de esquizofrenia por varios puntos del país. Esto realmente no quiere decir nada, seguro que más de una vez ha pasado y no se ha mostrado en televisión porque no interesa, pero como el tío haciendo puenting sin cuerda esta mañana parece haber provocado morbo... pues ahí lo tienes, nos quedan días de ataques esquizofrénicos.

Después de ducharme, mientras me dirigía a mi habitación para dormir, algo en la luna que se podía apreciar desde la ventana del pasillo, me hizo estremecer. No se si fue su brillante color o quizas la fuerza que esta desprendiá, pero no era una luna normal.

 
-Me estare volviendo loco...
 

Me refugie debajo del edredón con el gato a los pies y apague la luz esperando sumergirme en un tranquilo y relajante sueño. Cuando ya casi había conseguido dormirme un alarido retumbo en mi cabeza. No le preste mas atención e imagine que habia sido el gato. La pobre estaba un poco alelada estos dias. 

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Me encontraba en medio de la calle principal del pueblo. Mi pueblo es Abrera una pequeña localidad que linda con Aznalcóllar y Gerena, región Sevillana donde las haya. Las calles se encontraban llenas de gente, gente rara, muy rara... Lo primero que llamo mi atención fue un grupo vestido como científicos que iban cantando el "We are the champions" mientras brindaban y se dirigían a lo que parecía una fiesta... Otros grupos de personas cantaban y daban brincos como lunáticos en pleno éxtasis. Estos iban casa por casa sacando por la fuerza a los que en ellas moraban y no sin un primer encuentro violento, al final todos acababan bajo aquel haz de locura. Un grupo de estos se me acercaron y comenzaron ha realizar una especie de danza a mi alrededor. Después de un par de minutos que para mí fueron eternos, un hombre, el de aspecto más loco pero con la voz más cuerda dijo:

-Dejémoslo, el no puede ser uno de los nuestros, él ya esta loco...

Y dicho y echo, todos los saltarines a mi alrededor desaparecieron como los negros de los CDS al grito de agua. Después de tan nefasto espectáculo decidí dirigirme a lo que parecía ser la fiesta de unos reconocidos científicos que por lo visto habrían tenido éxito en cualquier tontería de cerebrito, pero seguro que seria mejor beber champaña con gente hablando de teorías que de locos rodeándote de tonterías. La fiesta parece ser en la iglesia, pero cuando llego parece que los fiesteros continúan e ignoran a esta. Los sigo por el callejón que únicamente puede conducir al... -¡JODER! estos tíos han montado una fiesta en pleno cementerio.

Me acerco furtivamente para ver mas de cerca lo que sin duda es una fiesta macabra y veo a una gran conglomeración de científicos en coro aplaudiéndose y piropeándose, absortos en ver quien es mas lameculos con el otro. De repente puedo ver como uno deja de hablar y cae de rodillas al suelo. Otro se acerca a ver que le pasa y puedo ver con gran horror como el primero se levanta del suelo y sin contemplaciones le arranca un gran cacho de cuello. -¡Mierda!- acierto a grita. Pero el macabro espectáculo no para. Mientras el científico se desangra todos siguen con su particular fiesta, incluso cuando empiezan a atacarse entre ellos mismo. Esta escena se esta convirtiendo en una aberración antropófaga sumida entre vitoreos y felicitaciones.

Me doy la vuelta y trato de salir corriendo, ya he tenido bastantes aberraciones y locuras por hoy. 

-Hola amigo- me grita la voz de uno de los locos de antes.

-¡Hemos decidido! -gritando a todo pulmón-¡Que si no eres de los nuestros, y no eres de los suyos!- señalando a los científicos, que continuaban su sangriento tentempié sin percatarse de nada a su alrededor. 

-¡Debes...!-

 Se me antoja que ya se lo que quiere decir este mal nacido

-¡MORIR!-

Como si un grupo de exploradores a la orden del monitor se tratara, tanto los científicos, o más bien lo que quedaba de ellos, y los locos comenzaron a aproximarse hacia mí. Sin pararme a pensar salí corriendo camino arriba hacia el gran mirador del cementerio. Este era como un mirador de montaña al pie de un gran acantilado de picudas piedras y un pantano a lo hondo. Poco a poco mis captores fueron formando un corralillo a mí alrededor.

-Estas acabado, no tienes escapatoria. Ríndete y muere ahora que todavía no ha empezado. No sufrirás, te lo garantizo- dice sutilmente mientras me tiende su mano en plan amigos.  Tiempo me falta para soltarle una dolorosa patada en la boca y gritar:

-Estas hablando al dueño de este mundo onírico, esto no es mas que un sueño- escupo con maldad - Dalo por terminado por hoy, pero la próxima vez no habrá piedad para nadie de los tuyos - digo señalando tanto a científicos como locos- ¡Y menos para ti!

Después de decir todo esto, salto de espaldas al acantilado sintiendo como el cuerpo vuelve a la realidad. Me despierto sudoroso y muy agitado. Para haber sido una pesadilla... era más real y macabra de lo común.  

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"Todos quieren vivir, pero pocos luchan por sobrevivir"