domingo, 22 de noviembre de 2009

Capitulo 2.1 Voces

"Yo iré al infierno, pero tranquilo, te guardare un buen asiento"


Encendí la tele y fui directamente al lavabo a echarle un ojo a la abolladura que me había echo el loco ese de antes. No tenía un aspecto muy bonito, pero no dejaba de ser un chichón.


-No te resistas- dice una voz que suena lejana


Casi se me sale en ese momento el corazón por la boca. Rápidamente giro 180 grados y solo veo a Keiko que me mira curiosa desde el borde de la bañera. O me estoy volviendo yo también un PETA o el gato habla.


Una vez se me ha pasado el susto me paro a pensarlo con más calma. El gato no habla, por lo menos que yo sepa.


-Lo más probable es que haya sido la televisión - digo en voz alta buscando una falsa seguridad que necesito urgentemente.


No sé que es más de locos, si escuchar voces o hablar solo. Nunca me había preocupado el estar o no cuerdo, pero visto lo visto, no descarto acabar corriendo en calzoncillos, dando saltos como Heidi y repartiendo tortas entre la gente de la calle como el capullo que me aporreo antes. Me encamino a la salita y veo que en la tele esta puesto el National Geo. No me pega la voz de antes saliendo de un reportaje de suricatos, más bien parecía la de la niña del exorcista después de haberle hecho rezar el Jesusito de mi vida, encabronada a tope. Después de este bonito pensamiento toda la seguridad que falsamente había conseguido caía como un castillo de naipes. Decido cambiar de canal y para mi sorpresa están mostrando un mapa en las noticias con puntos rojos en todas las comunidades que se habían dado casos de PETA. Creo que no se libra ni una comunidad, y lo más preocupante, ningún país. Por lo que se ve va en aumento y aun no se sabe de dónde proviene. Por si fuera poco para los tiempos que corren, lo del famoso apocalipsis maya se ha juntado con la histeria de las locuras. Dicen que es el preludio del fin, que nos volveremos locos y reventara la tierra. Sinceramente creo que todo esto son paparruchas, pero no creo que mezclar tanto caos sea bueno. Como empieza a cundir el pánico todos sabemos lo que pasara; nuevas sectas, estafadores, asaltos, desbordamiento de los servicios e infraestructuras... El coctel perfecto para unas navidades moviditas.

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