Capitulo 3.2 Empieza la fiesta

" Alejaros de los PETAS, son peligrosos "

Queda automáticamente descartada la idea de acudir al medico, lo único que me faltaba es que me encerraran por mi “seguridad”. Cojo el teléfono y llamo a mi madre mientras enciendo la televisión. Están hablando de una reacción alérgica a Panacea.

-¿David?- se cuela a través del teléfono

-¿Qué tal mama?- digo con preocupación.- ¿Va todo bien por ahí abajo?

Unos segundos de silencio contraen el ambiente

-¿No abriste el paquete que te mande?

Mierda… el paquete. Con todas las tonterías estas se me había olvidado por completo el puto paquete.

-La verdad es que he estado muy ocupado y…

-Ábrelo y lo comprenderás. No puedo decirte más hijo. Solo que por aquí todo marcha bien… y no se te olvide probar la carne de membrillo que te he preparado.

-¿¡Carne de membrillo?! Si sabes que la odi… - no puedo acabar la frase cuando me corta secamente.

-Pruébala – dice sin posibilidad de negociación

-Esta bien…

-Te dejo, tengo mucho trabajo aquí en el cuartel. Ten MUCHO cuidado. ¡Chus!

Colgué el teléfono y me dirigí a toda prisa a abrir el paquete

Después de 5 minutos quitando cinta adhesiva por fin consigo acceder al contenido. Mi sorpresa es descomunal cuando logro ver el contenido. La vieja pistola de capsulas de gas de mi madre, una gran daga de cazador y una caja con munición y bombonas para la pistola.

-Joder…

Además de todo esto hay una robusta mochila, la abro y… por dios, es una puta mochila de supervivencia cargada con cuerdas, mosquetones, una pala portátil con hacha, comida deshidratada, un botiquín... -¿En que coño estará pensando?

Al abrir la mochila ha caído a un lado una fiambrera con la “fantástica” carne de membrillo. Encima no es ni casera digo para mi mismo. La abro con curiosidad pero allí no hay nada más que carne de membrillo. Keiko se pone a dar saltos a mí alrededor ante el dulce olor que desprende.

-Toma un cachito- digo mientras corto con la daga un trozo

-¿Qué demonios es esto?

Saco la daga de la fiambrera y veo como hay una especie de carta envuelta en plástico justo en medio. La saco con cuidado que no se manche y abro la carta, quizás aquí encuentre alguna explicación.

“Perdona hijo por no decirte nada en persona. Tenemos ordenes directas de no informar, por peligro a que cunda el pánico. Según se comenta por aquí algo chungo esta por venir, los casos de PETA continuaran aumentando y agravándose. Ten cuidado por que la cosas se pondrán muy mal. Nosotros aquí estaremos seguros, procura salir lo menos posible hasta que se calme la cosa. Con la pistola de capsulas de gas ten mucho cuidado, ya sabes que no es un juguete. Lo de la mochila… no se, es una corazonada, sabes que soy así… ¡aparte tiene un montón de cosas chulas! Espero que podamos juntarnos en navidad todos en casa y reírnos de esto. Un beso”

Ahora si que me había caído de culo, parece que las cosas eran serias. Si los militares se preparaban a escondidas es que había algo más que gato encerrado. Eche a un lado la caja y fui directamente al televisor. En la sexta estaban emitiendo un noticiario especial, pero no la morena simpática de siempre, sino un tío con cara de esmirriado y una voz muy aguda, nada acorde a su físico recitaba los acontecimientos más recientes:

-… y doscientos casos mas en Zaragoza. Se están habilitando recintos especiales en escuelas y pabellones para atender a todos los casos de PETA.

- Y una ultima hora que nos llega desde el hospital Virgen de la Macarena de Sevilla – dice con una tristeza notable en su habla - Otro de los sujetos tratado con Panacea a sido ingresado por reacción alérgica, este no sufría de PETA como el anterior caso dado en Madrid, pero sufría también de fiebre muy alta y un empalidecimiento de la piel algo anormal… Todo esto esta producido por, “probablemente”…

Y aquí empezaban otra vez las divagaciones. Todo el mundo habla y especula con los datos y la información como les sale de los mismísimos, parece que es mas divertido que contar la realidad, que todo se esta hiendo al carajo. Cambio de canal y me encuentro a una persona de alta edad, con una gran barba blanca, como si de un hechicero se tratara, hablando a un gran público concentrado en la plaza Cibeles de Madrid:

-¡Esta noche será el principio del fin, dios ha hablado en mi cabeza!- grita al público

- ¡Me ha dicho que es la hora de la gran prueba! – sonríe al publico que cada vez se agolpa mas a su alrededor

-¡Los impuros morirán y volverán para arrastrar a sus hermanos al infierno!

-¡Los que no tienen camino se corromperán en su locura!- acaba con un tono sádico en su voz

-¡Alabemos al señor!

La multitud arranca en aplausos, lloros, silbidos… Parece que el mensaje ha calado hondo. Cuando alguien ha perdido la esperanza o flaquean sus valores, un buen predicador puede moldearlo o simplemente dejar que la masa lo lleve con el.

Cambio de canal. Esto ya empieza a ser bastante aburrido. En este están diciendo que según los mayas el fin del mundo será hoy a las 12 de la noche. -Que hora tan original… - me digo a mi mismo. Decido poner la 2, haber si echan un buen documental… Vaya, es Eduardo Punset hablando también de los mayas y la alineación rotatoria de la tierra.

- El fin como muchos lo llaman- dice Punset con la tranquilidad habitual – No es más que el retorno de la tierra al punto de rotación cero de su eje. Yo no creo que esto sea algo que nos pueda perjudicar, pero –añade incorporándose con seriedad – un científico amigo mió, experto en campos magnéticos, dice que llegado ese día se producirá un cambio brutal en estos campos y todo ser viviente se vera resentido… Esto ya lo pronosticaron los mayas en su calendario. Pero ojo, es una leyenda urbana el que el calendario acabe en 2012. Según cálculos reales acaba en 2220, pero el 2012 esta señalado como el fin de algo, no se sabe de que aun, pero coincide con la llegada de la tierra al punto cero...

Mientras estoy absorto escuchando estas palabras, un ruido estridente comienza a sonar en la entrada de la casa. Parece el ruido de algo de metal refrejándose contra los barrotes metálicos del San Juan. Me asomo por la ventana y me quedo helado por un momento. Una brillante calva brilla al sol, una sonrisa macabra cubre la cara del individuo de lado a lado mientras sus ojos abiertos como platos me miran. ¡Es el cabrón que me atacó el otro día!

“¡Agarraos que vienen curvas!”