sábado, 12 de junio de 2010
1 de Julio Proximo Capitulo
Visto lo visto ya me tomado un descansito un poco largo (demasiado diria yo...) Asi que el proximo 1 de julio nuevo capitulo!! Graciass a tod@s!
miércoles, 17 de febrero de 2010
Replanteamiento
Ejem, ejem... Parece que llevo un pequeño retraso (sorry!) No me gustaba el rumbo que cojia la historia y vista la encuesta he decidido re-escribir lo que acontecia. Creo que valdra la pena la espera, de mientras os dejo con un pequeño relato. ¡Disfrutadlo!
El Sol había decidido descansar y comenzó a descender, ya estaba empezando a atardecer pero el desfile que recorría el pueblo no descansaba nunca. Cientos de cadáveres paseaban por la calles, o más bien, lo que quedaba de ellas emitiendo a su paso gemidos y lamentos. Es quizás el sonido más desesperanzador de lo que queda del mundo y a la vez el más terrorífico.
En medio del casco viejo del pueblo se puede ver una casa de dos plantas. Una corroída pero robusta puerta de color verde junto a una ventana con verjas protegen su interior. Dentro de la casa encontramos en un amplio comedor iluminado con una triste pero efectiva bombilla y una gran chimenea con varias cabezas de animales postradas sobre esta. La ventana que da al exterior esta apuntalada por dentro con grandes maderas, aunque a sus pies se pueden ver fragmentos de lo que un día seguramente fue el cristal de esta. La cocina tiene unas amplias provisiones, tanto de gas como de comida en lata y agua. Es sin duda un buen refugio.
¡PAM! - Resuena un tiro en la parte superior de la casa.
Una puerta chirría y poco a poco un hombre de pelo corto y negro como el carbón comienza a descender por la escalera, paso por paso. Viste unos vaqueros negros y una camiseta blanca salpicada de sangre. Cuando llega al umbral de la escalera en sus ojos se puede ver que esta vivo, por fuera; pero muerto por dentro.
Sin ningún tipo de reacción en su cara, se dirige al fondo de la sala, abre el mueble bar y le pega un trago a la botella de whisky. Saca una llave de su bolsillo derecho, la introduce en un armario de color marrón alargado de la parte inferior y saca de este una escopeta y una bandolera llena de munición. Carga tres cartuchos en el arma, se cuelga la bandolera de la cintura y sin inmutarse se dirige hacia la salida.
El estruendo que hace al abrir la puerta es considerable, mas de cinco zombis se han percatado de su presencia cambiando su rumbo hacia el. Con la mirada fría como el hielo apunta y descarga dos veces su arma. Sin dilaciones pone paso firme calle arriba y mira por varios segundos el cielo.
-Aun no es tarde – dice secamente sin mostrar ningún tipo de emoción.
Varios zombis le persiguen a paso lento pero seguro y otros tantos comienzan a descender calle abajo. Una mujer mayor, con nada mas que varios hilos por brazo se abalanza contra el. Sin pensarlo, ni tan siquiera mirarla, le vuela la cabeza. Cada vez son más los zombis que vienen atraídos por el ruido.
Vuelve a cargar su arma y comienza a correr apartándolos a culatazos. Están saliendo por todas partes, pero a nuestro particular personaje no parece importarle en absoluto
-Ya falta poco- susurra con la mirada perdida al frente.
Se estaba aproximando a su meta. Al llegar al final de la calle giro repentinamente a la derecha y se encontró de frente con cuatro zombis impidiéndole el paso. En un parpadeo dos de ellos habían volado literalmente de un escopetazo. Apoyo el arma de nuevo y se preparo para acabar con los restantes. Un mordisco le hizo percatarse de que estaba rodeado. Descargo brutalmente la culata contra la cabeza del zombi que le había mordido a traición por la espalda. Este le había arrancado un cacho de carne del brazo y la herida sangraba copiosamente.
-No hay tiempo… - susurra al tiempo que corre y pasa entre los que hay delante de el.
Al llegar a una cuesta de cemento se detiene. En ella hay un cartel que anuncia en letras verdes:
“MIRADOR”
Con la rapidez de un galgo se gira y descarga los cartuchos restantes contra la muchedumbre. Retrocede cinco pasos mientras carga la escopeta y vuelve a dispararla. El primer impacto da lleno en lo que queda de la cara de un hombre, hundiéndosela hacia dentro. Los otros dos consiguen que varios de los perseguidores caigan hacia atrás formando momentáneamente un tapón-zombi. Sin pensárselo arranca a correr hacia el mirador.
Al llegar arriba se puede contemplar un pequeño mirador rodeado de vayas formadas con grandes troncos y varios bancos de piedra. El viajero ha llegado a su fin, suelta la escopeta en el suelo y de un salto sube a uno de los bancos de piedra. Mete la mano en su bolsillo trasero y saca una foto. En ella se puede ver una niña de unos ocho años sentada en ese mismo mirador. Con lágrimas en los ojos pone la fotografía junto a su cara y mira como el Sol se pierde por el horizonte, bajo espesos bosques. Por primera vez muestra sentimientos. Esta llorando.
Por su cabeza las únicas palabras que suenan son las de su hija diciéndole - ¿Me juras que me llevaras a ver otra vez el atardecer allí?- . Acto seguido pone un pie en la barandilla y salta de cabeza al vació. Varios zombis lo siguen acantilado abajo, pero el ya esta muerto, de su cabeza solo queda parte de la cara, en la cual se puede distinguir una amarga sonrisa.
En medio del casco viejo del pueblo se puede ver una casa de dos plantas. Una corroída pero robusta puerta de color verde junto a una ventana con verjas protegen su interior. Dentro de la casa encontramos en un amplio comedor iluminado con una triste pero efectiva bombilla y una gran chimenea con varias cabezas de animales postradas sobre esta. La ventana que da al exterior esta apuntalada por dentro con grandes maderas, aunque a sus pies se pueden ver fragmentos de lo que un día seguramente fue el cristal de esta. La cocina tiene unas amplias provisiones, tanto de gas como de comida en lata y agua. Es sin duda un buen refugio.
¡PAM! - Resuena un tiro en la parte superior de la casa.
Una puerta chirría y poco a poco un hombre de pelo corto y negro como el carbón comienza a descender por la escalera, paso por paso. Viste unos vaqueros negros y una camiseta blanca salpicada de sangre. Cuando llega al umbral de la escalera en sus ojos se puede ver que esta vivo, por fuera; pero muerto por dentro.
Sin ningún tipo de reacción en su cara, se dirige al fondo de la sala, abre el mueble bar y le pega un trago a la botella de whisky. Saca una llave de su bolsillo derecho, la introduce en un armario de color marrón alargado de la parte inferior y saca de este una escopeta y una bandolera llena de munición. Carga tres cartuchos en el arma, se cuelga la bandolera de la cintura y sin inmutarse se dirige hacia la salida.
El estruendo que hace al abrir la puerta es considerable, mas de cinco zombis se han percatado de su presencia cambiando su rumbo hacia el. Con la mirada fría como el hielo apunta y descarga dos veces su arma. Sin dilaciones pone paso firme calle arriba y mira por varios segundos el cielo.
-Aun no es tarde – dice secamente sin mostrar ningún tipo de emoción.
Varios zombis le persiguen a paso lento pero seguro y otros tantos comienzan a descender calle abajo. Una mujer mayor, con nada mas que varios hilos por brazo se abalanza contra el. Sin pensarlo, ni tan siquiera mirarla, le vuela la cabeza. Cada vez son más los zombis que vienen atraídos por el ruido.
Vuelve a cargar su arma y comienza a correr apartándolos a culatazos. Están saliendo por todas partes, pero a nuestro particular personaje no parece importarle en absoluto
-Ya falta poco- susurra con la mirada perdida al frente.
Se estaba aproximando a su meta. Al llegar al final de la calle giro repentinamente a la derecha y se encontró de frente con cuatro zombis impidiéndole el paso. En un parpadeo dos de ellos habían volado literalmente de un escopetazo. Apoyo el arma de nuevo y se preparo para acabar con los restantes. Un mordisco le hizo percatarse de que estaba rodeado. Descargo brutalmente la culata contra la cabeza del zombi que le había mordido a traición por la espalda. Este le había arrancado un cacho de carne del brazo y la herida sangraba copiosamente.
-No hay tiempo… - susurra al tiempo que corre y pasa entre los que hay delante de el.
Al llegar a una cuesta de cemento se detiene. En ella hay un cartel que anuncia en letras verdes:
“MIRADOR”
Con la rapidez de un galgo se gira y descarga los cartuchos restantes contra la muchedumbre. Retrocede cinco pasos mientras carga la escopeta y vuelve a dispararla. El primer impacto da lleno en lo que queda de la cara de un hombre, hundiéndosela hacia dentro. Los otros dos consiguen que varios de los perseguidores caigan hacia atrás formando momentáneamente un tapón-zombi. Sin pensárselo arranca a correr hacia el mirador.
Al llegar arriba se puede contemplar un pequeño mirador rodeado de vayas formadas con grandes troncos y varios bancos de piedra. El viajero ha llegado a su fin, suelta la escopeta en el suelo y de un salto sube a uno de los bancos de piedra. Mete la mano en su bolsillo trasero y saca una foto. En ella se puede ver una niña de unos ocho años sentada en ese mismo mirador. Con lágrimas en los ojos pone la fotografía junto a su cara y mira como el Sol se pierde por el horizonte, bajo espesos bosques. Por primera vez muestra sentimientos. Esta llorando.
Por su cabeza las únicas palabras que suenan son las de su hija diciéndole - ¿Me juras que me llevaras a ver otra vez el atardecer allí?- . Acto seguido pone un pie en la barandilla y salta de cabeza al vació. Varios zombis lo siguen acantilado abajo, pero el ya esta muerto, de su cabeza solo queda parte de la cara, en la cual se puede distinguir una amarga sonrisa.
martes, 5 de enero de 2010
GRACIAS
Ante todo quiero pedir disculpas por estas semanas de inactividad (problemas personales, los estudios…) y agradecer a toda la gente que sigue la historia el rato de su tiempo que gastan en leerla; gracias. Ya puestos, anuncio que el 1 de Febrero colgare el próximo capitulo. Este quiero que sea especial, impresionante y aterrador entre otras cosas (sin dejar de lado el humor xD ) Si alguien tiene sugerencias, agradecimientos, criticas o proposiciones indecentes que no dude en dejar un comentario.
Gracias a todos
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